Entre un aliento y un trazo de fe Tomo mi amado pluma y papel, Y al rendirse al frio de su piel Escribio en lenguas que no puedo entender. Y no, nadie lo ve, Y no, nadie lo cree. Cuando un sueno se empieza a romper, Tiemblan las venas y arden las voces. La ciudad que me ha visto crecer Estalla en lagrimas antes de caer. Y no, nadie lo ve, Y no, nadie lo cree. El temor nadie lo ve, El dolor nadie lo ve.