Las palabras fueron avispas Y las calles como dunas Cuando aún te espero llegar En un ataúd, guardo tu tacto y una corona Con tu pelo enmarañado Queriendo encontrar un arcoíris infinito Mis manos que aún son de hueso Y tu vientre sabe a pan La catedral que es tu cuerpo Eras verano y mil tormentas Y yo el león que sonríe a las paredes Que he vuelto a pintar del mismo color No sé distinguir entre besos y raíces No sé distinguir lo complicado de lo simple Y ahora estás en mi lista de promesas a olvidar Todo arde, si le aplicas la chispa adecuada El fuego que era a veces propio La ceniza siempre ajena Blanca esperma resbalando por la espina dorsal Ya somos más viejos, y sinceros, y que más da Si miramos la laguna, como llaman a la eternidad De la ausencia No sé distinguir entre besos y raíces No sé distinguir lo complicado de lo simple Y ahora estás en mi lista de promesas a olvidar Todo arde si le aplicas la chispa adecuada (Du-ru-ru-pan, ru-pan, ru-pan, oh) Con la chispa adecuada Heh, eh-ouh (Du-ru-ru-pan, ru-pan, ru-pan-pan-pan, oh) (Du-ru-ru-pan, ru-pan, ru-pan, oh) Con la chispa adecuada Heh, eh-ouh (Du-ru-ru-pan, ru-pan, ru-pan-pan-pan, oh) La chispa adecuada